lunes, 31 de agosto de 2009

Corazón atascado

(El reloj de los amantes)

Mientras piensas

si me quieres

o lo que realmente quieres

si soy conveniente

o no más

que un inconveniente

seré diferente

antes de diferente

fui amante

preferente

referente

y de repente

te quiero

o me quieres

es más qué evidente

no hace falta ser vidente

ni mariposa en tu vientre

o no más

ni menos

que Eros

para visionar

la hora perpetua de los amantes

estática

como la radiografía de un reloj

que pierde dientes

con engranajes en encías desnudas

mientras piensas

si me quieres

o lo que realmente quieres

creo conveniente

dar cuerda

o dejar

que las agujas suelden

por siempre.






Una boda muy alegre

La viuda negra celebrará nupcias.

Para tan gran ocasión,

tejía, tejía, con alegría.

Llegó el ansiado día.

La viuda negra, está alegre,

terminó su teje maneje.

Tras la homilía

servirán gran banquete

en paraje bordado y refinado.

Llegaron los postres

Y ella, con ojos golosos

mira a su enamorado

De fondo… invitados…

¡Qué vivan los novios!

¡Qué vivan!

¡Y qué equivocados!





Lecturas de la piel

Uno

Sentido y Sensualidad

(domingo)

…Adormilados…

Sol de junio, matutino, indiscreto

filtrándose entre las lamas

de una persiana que sigue cerrada.

Las once pasadas,

se adueña de minutos ajenos.

Pronto serán las doce.

Cerrada al mundo, sólo existe uno,

el que queda tras de sí,

una habitación de tonalidades verdes,

azuladas.

Da igual, hoy por fin, las horas de la esfera,

no cuentan, no mandan, no marcan prisas,

urgencias de otros días.

Tan sólo nos recuerda su presencia,

un leve rumor de engranajes,

un tic, tac, toc, fundiéndose acompasado

con el latir del corazón.

…Despertamos…

Y tomamos un café en la cocina,

fumamos un cigarro,

tomamos más café,

más cigarros,

y desapareces perezosa,

entre aroma de café

y bruma de tabaco…

¿…Jugamos…?

Sin estar perdida, te busco en cada estancia,

con la confidencia disimulada,

pactada por sentidos, por miradas,

mientras apurabas el último cigarrillo.

Consciente, inocente,

como niño juguetón,

busco en el último rincón.

La habitación, que sigue verde,

que sigue azulada. Con la persiana

cerrada.

Y Tú, disimulada,

tendida en el colchón,

sin el pijama de la mañana

cuando aún desayunabas,

…Leemos…

Encuadernada,

con livianas tapas de raso,

insinuando páginas de un libro sin terminar.

Mañana de domingo,

de café sin prisas, de juegos al escondite,

a contraluces.

Sentidos de la piel sobre sábanas

desordenadas, grabados en un libro

que se abre como flor que espera mariposas,

sedientas de néctar, de vida.

de sentidos de la piel.

…Palabras…

...Dermis…

En la habitación verde, azulada,

cerrada…

Entre mis manos te abres

dejando al descubierto páginas,

por donde deslizo mis dedos,

acariciando tu sedosa celulosa.

Entre líneas, suspiras, parando en cada coma,

lamiendo cada punto… mientras tu haces,

me deshaces, y busco puntos suspensivos

que enlazan con otras maneras, las que nos da la pausa

necesaria… para no morir -aún no- con prisas

en un deseo rítmico que acelera, subidas,

bajadas…

escaleras que conducen a reinos.

Suspiros.... pausas…

Cielo... Infierno…

…onomatopeyas, entre tus labios,

entre los míos. Giro páginas

y puedo hasta escribir, entre ellas,

con tu lápiz rosa, de sedosa punta.

Con movimientos autómatas

se desliza, con vida propia,

buscando el final de la página,

henchida por la humedad de los cuerpos,

exhalando tibias tintas traslúcidas.

Garabateo con él

palabras

que no se pueden repetir.

Domingo de mañana,

Domingo de lectura

recostada en la almohada,

con tapas nacaradas.

como el libro que quedo sobre las sábanas,

en medio del colchón, la noche anterior,

en nuestro mundo, sin más reglas

que las escritas en el libro del placer.

Los sentidos en la piel.